¿Cuando un emprendedor debería contratar un CEO? Reflexión de la historia de Place to Pay

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Llega un momento donde tu compañía necesita un gerente, y ese gerente podrías no ser tú. Reflexiones de Juan Pablo Ramírez, CEO de Empréndete después de escuchar la historia de Place to Pay sobre contratar CEO o no.

La historia de Place to Pay  es bien particular: el producto fue creado inicialmente por Enrique García, y la expansión fue liderada por Laura Anchico, quien entró a ser socia de la compañía unos años después y la llevó a ser la segunda pasarela de pagos más grande de Colombia.

Para llegar a este punto han pasado más de 10 años, muchos aciertos y muchos errores que pueden escuchar en la voz de la mismísima Laura en el episodio de nuestro podcast “Cómo emprender sin ser dueño de la idea” (más que recomendado). Sin embargo, lo que me llama la atención de esta historia es algo muy particular.

Aunque Enrique y Laura son “los emprendedores” que con las uñas y sin inversión llevaron la empresa de cero a cien, un día entendieron que Place to Pay, su bebé, requería ciertas habilidades que ellos no tenían y decidieron contratar un gerente.

¿Se fueron de Place to Pay? No.

¿cedieron su participación accionaria? tampoco.

¿están locos? muchísimo menos.

Ellos simplemente entendieron que un emprendedor no está obligado a liderar una empresa para siempre, y en que cuidar la compañía en el presente y en el futuro debe ser la consigna más importante.

ESCUCHAR: CÓMO EMPRENDER SIN SER DUEÑO DE LA IDEA CON LAURA ANCHICO DE PLACE TO PAY

Sí, emprendedores legendarios como Steve Jobs, Jeff Bezos (fundador de Amazon) y Larry Ellison (fundador de Oracle) lideraron con éxito sus empresas, pero estas no son las únicas historias. En paralelo, Google, Twitter y eBay aprovecharon la experiencia de lo que en inglés llaman “CEO profesionales”, es decir, CEOs con experiencia previa, para mantener el dominio en sus mercados.

Cuando escuché la decisión que Laura y Enrique tomaron, pensé “mierda, esa decisión debe ser muy difícil de tomar” y después dije “venga, ¿por qué es una decisión tan difícil?

Para mi no sería nada fácil delegar el liderazgo de Empréndete, una empresa que siento tan mía, que vi nacer y que estoy viendo crecer. Por eso quise leer un poco más y por eso escribí este artículo.

A continuación comparto algunos aprendizajes al respecto y al final les dejo una lista de preguntas que podrían hacerse para tomar la decisión y una lista de síntomas de que ese es el camino más sensato.

1. Hay habilidades para cada etapa

En términos muy generales, las organizaciones viven tres grandes etapas y hay diferentes tipos de personas que son valiosas en cada una. El problema es que tener las habilidades correctas en los momentos incorrectos puede ser mortal.

(i) Al principio, los fundadores deberían estar en el campo de batalla con la camisa remangada; en esta etapa el líder es el centro de las decisiones importantes, el CEO y los cofundadores toman decisiones de manera informal y todo debería propiciar velocidad. Esta etapa no solo es importante porque es el comienzo, también es importante porque es donde se moldea la visión, que es el pegamento de ahí en adelante.

(ii) Después, al momento de crecer, una compañía requiere mayor integración y coordinación, y en consecuencia, es necesario compartir el liderazgo con integrantes del equipo a medida que se establecen procesos.

(iii) y finalmente, solo cuando se crece lo suficiente, las compañías requieren profundidad y una ejecución consistente e integrada. En este momento, los procesos deben ser definidos y predecibles, y el CEO debe ser un orquestador que se asegure que cada líder impulse lo que tiene que impulsar.

Palabras más, palabras menos, a medida que una empresa evoluciona, un líder debe pasar de ser un emprendedor para convertirse en un gerente, o simplemente puede conseguir personas que asuman ese rol.

Volviendo al ejemplo de Place to Pay, Enrique vivió solo la primera etapa, laura asumió el liderazgo en la segunda (y en ese camino se volvió socia de la empresa) y finalmente, los dos decidieron que alguien más debería hacerlo en la tercera etapa, motivo por el cual contrataron a Ricardo.

LEER TAMBIÉN: Cómo ganar en mercados competidos sin morir en el intento con Laura Anchico de Place to Pay.

2. La gerencia puede ser aburrida para un “emprendedor innato”.

El gran Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn, que además ha renunciado dos veces como CEO para entregar las riendas a un ejecutivo profesional, explica que a medida que una empresa se vuelve más exitosa, las responsabilidades de ser el CEO se acumulan tanto que terminan eclipsando las cosas que la mayoría de fundadores aman: resolver problemas interesantes, desarrollar nuevas tecnologías, idear estrategias únicas, etc.

Para este hombre, y para muchos emprendedores, la adrenalina interesante está en el comienzo, y cuando ese momento pasa, es momento de ceder el liderazgo.

Aquí, dos conclusiones:

-primero, ceder el liderazgo no es, de ninguna manera, un fracaso.

-y segundo, hacerlo implica entender dónde somos buenos y donde nos divertimos (que es una de las premisas para seguir siendo buenos).

3. La misión de una empresa no es darle gloria al emprendedor

Si tomar esta decisión es en exceso difícil es porque una de sus motivaciones fuertes para emprender es la gloria, que palabras más, palabras menos, se puede enmarcar en que “usted quiere ser el que lo hizo” y está bien: así nadie lo diga en voz alta, esta es una motivación muy común.

Para no señalar a ningún tercero, tengo que confesarlo: una de mis motivaciones para estar al frente de una empresa con tantos retos es porque quiero ser el que lideró una transformación en cómo se hacen medios y en cómo se aprende de negocios.

¿Ego? Sí, lo confieso, y trato (no es fácil) de que siempre prime la misión que es más grande que yo mismo.

¿qué puedo decirle? lo importante es entender que sus decisiones deberían maximizar siempre lo mejor para la compañía y no lo mejor para usted.

Entonces, si ese día llega (lo cual, además, es un síntoma de que va por buen camino), despójese de su ego, olvídese de las películas de héroes mesiánicos, y pregúntese con toda la honestidad “¿soy yo la persona para liderar los retos que se vienen?”

Recuerde que lo único que está en juego es su compañía, “su bebé”.


Finalmente, propongo que construyamos juntos una lista de síntomas y una lista de preguntas que le ayuden a emprendedores que nos leen a tomar una buena decisión.

(estas listas son construidas entre todos) → comenta abajo y las iremos incluyendo.

Preguntas que deberías hacerte antes de tomar la decisión:

¿En qué momento está mi compañía?

¿Prefieres enfocarte en la visión y dejar que alguien más maneje los detalles?

¿Qué es lo que realmente te importa más?

¿Realmente quieres hacerlo o simplemente crees que tus colegas, familiares y amigos lo «esperan»?

Síntomas de que deberías contratar un CEO:

– Sientes que los procesos son innecesarios.

– No tienes claros los números de tu compañía.

– Sientes que estás entorpeciendo las decisiones.

– La empresa ha crecido mucho, y tu eres el principal cuello de botella.

– Los miembros antiguos indican un deseo de irse o retirarse.

– Cuando contratas líderes, tienes más diferencias con ellos de lo que consideras normal.

– No estás haciendo lo que te imaginabas que ibas a terminar haciendo.

Juan Pablo Ramírez

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